Thursday, May 29, 2014

Carta del Maestro Francisco Rettig 19-09-2013

Estimado …. !
Muchas gracias por su atento y cordial mail. A decir verdad, Ud se me adelantó; pues estaba esperando terminar una serie de Conciertos para ponerme en contacto con Uds. Dicho sea de paso, le estaría muy agradecido si me hace llegar el mail de Luis Roggero.
Abusando de su gentileza, le rogaría que dé a conocer este mail a su querida Orquesta.
…. , junto con tratar de dar siempre lo mejor de mí, he tratado toda mi vida de ser consecuente y respetar mis compromisos, esperando, siempre de buena fe, que me correspondan de la misma forma. En muchas oportunidades, por causas nobles, he trabajado hasta gratis; no tengo problema en ello.
Pero, esta vez no era el caso y lo único que esperaba era que los compromisos contractuales se cumplieran. Primero me dijeron que se habían terminado los fondos, que esperaban una nueva partida económica. Después, me exigieron certificados de impuestos insólitos; Cuenta bancaria; Cédula de Identidad, etc… Todo eso, para nada! Y así pasó un año…!
Creo que fue consecuente cancelar mis compromisos allá, pues, ciertamente, no le habría hecho ningún favor a la Orquesta, como Institución, avalar con mi presencia un incumplimiento que claramente no los prestigia. Por lo demás, como cualquier persona normal, yo vivo de mi trabajo y también tengo los compromisos de cualquier persona.
Quisiera dejar ABSOLUTAMENTE CLARO que esta decisión nada tiene que ver con el enorme respeto y afecto que siento por la Orquesta Sinfónica Nacional que, a lo largo de tantas veces que hemos trabajado juntos, me ha distinguido no sólo con su mejor rendimiento musical, sino que con su cariño y amistad. Con ello es con lo que me quedo !
Le ruego hacer llegar a todos y cada uno de los integrantes de la Orquesta Sinfónica Nacional mi más cálido abrazo, así como mis sentimientos de admiración y amistad. El futuro ya me dará la ocasión
de volver a hacer música juntos, así como poder saludar a cada uno de Uds.
Afectuosamente,
Mto Francisco Rettig